Que retumbe el arpa en el llano y se estremezca el suelo al compás del zapateo porque esta entrada va para una de sus hijas.

En Dark
en voz en off el protagonista dice “El tiempo es un campo de batalla infinito. Hay millones y
millones de engranajes que se entrelazan”
perdón que manía la mía, la de citar mi serie favorita, pero debía
hacerlo para resaltar la manera como la vida nos coloca en nuestro camino
seres maravillosos, ahí estaba ella con la sonrisa perfecta,
el color de cabello perfecto, y el momento perfecto: una clase en la que
yo solo era un espectador; no eran las sempiternas lecciones
bioquímica o histología, era una electiva, y en la que menos talento tengo: danza, yo iba de
adorno acompañando ha alguien más.
Su mirada genuina y
dulce se acompañaban de una sonrisa de par en par,
pocas palabras cruzamos, pero las que cruzamos fueron cálidas llenas de
amabilidad (Flechazo a primera vista, el único problema Don Cupido solo
me flecho a mi jajajaja)
Ella,
siendo ella redunda en empalagoso carisma, dirían las abuelas: "esa
niña tiene don de gentes" para qué, pero si, un don querido, pero a
la vez envidiado, para rematar bella, lo que generaba y genera unas
cuantas úlceras.
Pasaron
los días... los meses.... el semestre. y al fin nos tocó hacer catarsis repitiendo
cientos de veces las " hijue nueve mil” rutas metabólicas
que había que aprenderse con Andrés ( para no herir
susceptibilidades el Doctor Andrés Aristizabal) claro
también era necesario recitar músculo a músculo, hueso a hueso,
nervio a nervio... además de sonreírle coquetamente a don Eugenio en el
anfiteatro para que dejara practicar (Creo que ahí ya me quería jajajaj,
claro como amigo, desde temprano ya en la "friend zone")
Si
algo hicimos bien en la carrera, fue reírnos: de todo, de nada, de los
otros y de nosotros, fuimos cómplices y compinches.
No
todo fue color de rosa, la primera decepción: un parcial de anatomía,
ella tuvo ayuda divina, lo que genero un hecatombe pues claro ella era mi
"best friend" (colocar acento Neoyorquino ) y dejo para
ella solita la ayuda celestial, cayeron rayos y centellas ante la
traición, luego supe que lloro a grito herido por lo que ocurrió,
pasaron los días y nos volvimos amar ( como amigos).
El
tiempo voló ella lloro…el tiempo volvió a correr y ella lloro otra vez…
llego el nuevo amor...otra vez a llorar, se fue ese "huevon" y
había que llorar otra vez: el ciclo sin fin de las personas que
tienen un gran corazón. Era necesario marcar un hito y alguien se
le ocurrió que en lugar de Johanna le sentaba mejor "el llorana" y
así se quedó. (no me odie jajajaja)
La
vida siguió y llego Tomas, bueno así se llamaría, al final fue Sebastián su
gran amor.
Al final el
toque cursi, debe y tiene que saber por si no se lo he dicho
como y cuanto la quiero amiga del alma.
Posdata:
aún quedan momentos para contar.
Escrito por: Onel Baron
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